




Tras la bendición de las ramas de Olivo tuvo lugar la procesión, camino a la Parroquia de la Inmaculada Concepción donde se seguiría con la Misa del Domingo de Ramos.


Ayer Herencia se convertía en el pueblo judío que alababa a su Dios. "Había mucha gente (niños y adultos), algunos habían estado presentes en los milagros de Jesús y habían escuchado sus parábolas, lo esperaban para recibirlo como un rey, le cantaban cánticos y salmos, y lo alababan con palmas en las manos."
La gente tendía sus mantos por el camino y otros cortaban ramas de árboles alfombrando el paso. Los que iban delante y detrás de Jesús gritaban: “¡Bendito el que viene en el nombre del Señor! ¡Hosanna en las alturas!”.


Fotografías: Juan Sánchez.
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