La Fiesta del Corpus Christi en los primeros años del siglo XX.

El Corpus Christi era una de las fiestas religiosas más solemnes. En la procesión tomaban parte las escuelas públicas de niños, el colegio de la Merced, el de la "Sagrada Familia" y todas las cofradías establecidas canónicamente en la localidad, encabezadas por sus insignias.
La procesión se iniciaba una vez terminada la función solemne, formándose con un orden establecido: en primer lugar las escuelas públicas de niños con sus respectivos maestros, llevando cada uno de los niños una bandera con los colores nacionales.
En segundo lugar marchaban las escuelas de niñas con sus maestras y a continuación el colegio de la Merced, llevando cada alumno una bandera blanca y azul. Tras ellos se situaba el colegio de la "Sagrada Familia" y los estandartes de las distintas cofradías, estando sus filas ordenadas por los hermanos mayores que ostentaban la insignia propia de cada una de ellas. Luego marchaba la banda de música interpretando las obras más selectas de su repertorio, destacando especialmente el himno de Congreso Eucarístico, que era coreado por las voces de los niños y los fieles. Tras la banda iban la cruz parroquial, el clero regular de la Merced que precedía al Santísimo Sacramento, instalado en una bella y rica custodia sobre un artístico templete, portado todo ello en unas andas, que eran conducidas por cuatro sacerdotes, revestidos de alba, estola, manipulo y casulla, dando guardia de honor un piquete de guardias civiles.
Todo ello bajo un palio, tras el que marchaba el clero parroquial con preste y diáconos, seguidos por las autoridades locales y los invitados, así como de un extraordinario número de fieles.
La carrera de la procesión estaba preciosamente decorada con valiosos tapices y colgaduras, comprendiendo en su trayecto multitud de primorosos altares en los que Jesús Sacramentado hacía la estación.
(Fragmento de Memoria y Camino de Carlos Fernández-Pacheco y Concepción Moya)

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