Uno de los tesoros más preciados de la Parroquia de Herencia junto con el lienzo de Lucas Jordán, salía a la calle el pasado Domingo, la Virgen de Pedro de Mena volvía a la calle para acompañar a su Hijo. Contadas habrán sido las veces que la Virgen del siglo XVII haya abandonado las puertas parroquiales, y el pasado Domingo fue uno de ellos, un día de los exceptuales en los más de 300 años de historia de esta talla.
La Inmaculada, de acompañar a Cristo día a día en el seno de la capilla del Sagrario, pasó a presidir el templo Parroquial, y así, soberana y hermosa, recibir a su Hijo. Una auténtica ocasión en la que de los tesoros más preciados salen a la calle para alabar y dar gloria al Santísimo, un día único para poder disfrutar de estas maravillas artísticas dispuestas y al alcance de todos.
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