A las tres de la tarde, un numeroso grupo parroquial salía a la calle para pedir por aquellos que no pueden hacerlo, varios coches acompañados de voluntarios han recorrido cada rincón de Herencia recogiendo alimentos para Cáritas. Acompañados de música navideña acabábamos a las siete de la tarde de recoger alimentos, recordando también al pueblo de Herencia, que estas fechas navideñas, a parte de vivirlas en familia, debemos acordarnos de aquel que no las puede disfrutar, de aquel que no puede llevar un plato de comida a su casa.
Hoy, hemos podido volver a ver, ese espíritu universal de la Iglesia, donde, jóvenes, niños, adultos y mayores se unían por un fin común y una causa justa, estar más cerca de los más necesitados y trabajar por ellos. Si hay algún particular o familia que quiera colaborar en estos días aportando más alimentos puede acercarlos al centro parroquial.
Una vez llevados todos los alimentos al almacén de Cáritas, la parroquia ha querido invitar a los voluntarios a un chocolate con torta, que vino bien también para combatir el frío de estas fechas. Una gran Familia, la Iglesia, en la que hay hueco para todos, y en la que nos acordamos de todos.
Comentarios
Publicar un comentario