BREVE RECUERDO DE LA SEMANA SANTA JUBILAR

Muchos son los recuerdos que nos han dejado esta Semana Santa Jubilar: la respuesta masiva de fieles a las celebraciones y procesiones y el buen tiempo que hemos tenido, uno y otro han posibilitado que la Semana Santa. La Pasión, Muerte y Resurrección de Cristo, la viviéramos intensamente no como algo pasado sino como algo que nos afecta y nos sigue impresionando profundamente.

Con la Entrada de Jesús en Jerusalén sentimos la alegría de los niños, especialmente de los scouts que nos acompañaron en el recorrido procesional y en la Santa Misa, aunque momentos más tarde comenzamos la lectura de la Pasión de nuestro Señor.

El jueves Santo, como los discípulos, también nosotros nos sentamos en la mesa del Señor.  Este día recordamos la entrega  de la Eucaristía, del sacerdocio y del mandamiento del amor e hicieron de apóstoles para el lavatorio 12 personas de los grupos de confirmación de adultos. Este día el Señor se quedaba en el Monumento preparado recordando el modelo arquitectura ornamental del siglo XVIII en honor al Año Jubilar.

Después de una noche de oración y silencio llega el Viernes Santo, es la Pasión y Muerte del Señor. Todo enmudece.  La cruz es anticipo de lo que nos espera. Impresiona la confianza de Jesús, su obediencia, su humildad, su silencio. Miramos a la cruz y, en la cruz, vimos el amor sublime que Dios nos tiene. En la cruz, Dios, nos hace comprender la radicalidad de su amor. Adoramos la cruz, rezamos en silencio, comulgamos la reserva y… contemplamos el amor clavado.

El Sábado Santo se cumple. A las 11 de la noche comenzaba la Celebración de la Vigilia Pascual. Es la hora de la Salvación. Pasaremos de la oscuridad  a la luz. De la esclavitud  a la libertad. Es el día en el que, Jesús, pasa de la muerte a la vida y, por lo tanto, también nosotros con El. ¡Qué gran  milagro! Todo  se lleno de simbología; el fuego, la presencia de Dios en nuestra historia, el agua que nos regenera  por el Bautismo y la Eucaristía. La luz de Cristo acompañó a su Iglesia, a nuestra propia vida y muerte. ¡PREGONEMOS LA SALVACION EN CRISTO!

El domingo continuaba la alegría de la Noche Santa, seguimos celebrando, en una prolongación solemne, festiva, sonora y musical la alegría de nuestra fe: ¡HA RESUCITADO! No podemos quedarnos en la cruz.
Era el DIA DEL SEÑOR. Todo se cumple y, por lo tanto, nos abre de par en par la puertas del cielo. Fue un día en el que festejamos y vitoreamos la gloria de Cristo Resucitado. ¡ALELUYA, ALELUYA! ¡RESUCITO, ALELUYA!

Os dejamos con algunas imágenes de esta Semana Santa.










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